“Personal amigable”

Estábamos en el hotel Mangio Fango en temporada baja. La recepcionista fue muy amable y servicial. Las habitaciones estaban muy limpias y grandes. Queríamos disfrutar de una cena en el hotel, porque mi esposa estaba embarazada, ella era muy exigente con la comida y los empleados del hotel lo entend… Más

Estábamos en el hotel Mangio Fango en temporada baja. La recepcionista fue muy amable y servicial. Las habitaciones estaban muy limpias y grandes. Queríamos disfrutar de una cena en el hotel, porque mi esposa estaba embarazada, ella era muy exigente con la comida y los empleados del hotel lo entendían muy bien. Muchas gracias. La cena fue estupenda, con una camarera increíble y excelente comida. Estaremos encantados de pasar por la temporada alta. Super servicio

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“Ojalá me hubiera quedado más tiempo”

Como parte de un tour de ciclo tuve la oportunidad de alojarme en este hotel por una noche. Está bien situado en las afueras de la ciudad pero se puede ir andando a la ciudad. Está muy bien equipado, tranquilo, cómodo. Me gustó especialmente la ducha agradable después de un largo día en el sillín. … Más

Como parte de un tour de ciclo tuve la oportunidad de alojarme en este hotel por una noche. Está bien situado en las afueras de la ciudad pero se puede ir andando a la ciudad. Está muy bien equipado, tranquilo, cómodo. Me gustó especialmente la ducha agradable después de un largo día en el sillín. La cena también fue excepcional. Ojalá me hubiera quedado más tiempo.

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“Un pequeño hotel de lujo”

Pequeño hotel situado junto al Parque Natural de la Cámargue, a unos quince minutos andando del pueblo. Al entrar hay un jardín un poco desaliñado de grandes plantas, que debió ser concebido para tener fuentes y estanques pero ahora no funcionan. En medio de la maraña llegas a la recepción y de ahí… Más

Pequeño hotel situado junto al Parque Natural de la Cámargue, a unos quince minutos andando del pueblo. Al entrar hay un jardín un poco desaliñado de grandes plantas, que debió ser concebido para tener fuentes y estanques pero ahora no funcionan. En medio de la maraña llegas a la recepción y de ahí a otro jardín central donde está la piscina y el pequeño spa (hay que pagarlo aparte pero yo entré a comprar una crema solar porque se me había acabado y sólo vi que tuviera una sauna, un hamman, duchas, sala de masajes y una pequeña sala de descanso, muy comprimido todo). La piscina está bien para nadar, es estrecha pero tendrá unos 20 metros de lado, y una zona con bicicletas dentro del agua, muy chula. Alrededor del jardín con césped, se distribuyen las habitaciones en dos plantas. La mía era superior, bastante grande y luminosa con una terraza que yo no utilicé porque es muy cerrada, no se ve el jardín y es una asadero. Los muebles son bonitos, pero la decoración un poco austera, creo que le falta algún detalle. Lo que sí que está decorado con muy buen gusto y es muy agradable son las zonas comunes, una salita y el comedor. Muebles de mimbre, cuadros, esculturas, flores, velas, chimenea, piano... muchos detalle que hacen el ambiente muy acogedor. También se puede cenar fuera en una terraza entre el jardín de la entrada y el edificio. El desayuno completísimo, si lo pides te hacen unas tórtillas deliciosas, y el restaurante exquisito, un cocinero excelente. El servicio profesional y cordial. En definitiva un pequeño gran lujo. Eso sí, cuidado con los mosquitos, a mi me han acribillado.

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