“Bien ubicado, limpio, cómodo y con la mejor atención del personal.”

Lo recomiendo y si vuelvo a Milán repetiría en este hotel. Está muy bien ubicado: a tres calles de Corso Como, una del Cementerio Monumental, cuatro del Metro Moscova y de la estación Central de Trenes. Por la puerta pasan 3 tranvías, uno de ellos te lleva al Centro en 10 minutillos. Además la habi… Más

Lo recomiendo y si vuelvo a Milán repetiría en este hotel. Está muy bien ubicado: a tres calles de Corso Como, una del Cementerio Monumental, cuatro del Metro Moscova y de la estación Central de Trenes. Por la puerta pasan 3 tranvías, uno de ellos te lleva al Centro en 10 minutillos. Además la habitación era grande, el baño también y muy limpios. Lo mejor de todo fue la amabilidad de la gente que trabaja allí, todos en la recepción, pero especialmente la señora Sara que prepara muy ricos capuchinos y tartas. Y de precio también está muy bien. En frente del hotel hay una pizzería (Da Martino) pequeñita, muy simple pero la pizza y la cotoletta están buenísimas. Eso sí, hay que ir antes de las 14:00 y de las 21:30 porque la cocina cierra pronto (esto es así casi en todo Milán, según mi experiencia).

Menos

“Molto carino”

Viendo su fachada (es una calle con edificios viejos) uno esperaría encontrar un hotel algo decrépito. Sin embargo, el interior está muy cuidado y muy limpio. A pesar de las alfombras y las tapicerías no tuve los habituales problemas de asma que suelen producirme los hoteles con solera. Esto se apl… Más

Viendo su fachada (es una calle con edificios viejos) uno esperaría encontrar un hotel algo decrépito. Sin embargo, el interior está muy cuidado y muy limpio. A pesar de las alfombras y las tapicerías no tuve los habituales problemas de asma que suelen producirme los hoteles con solera. Esto se aplica tanto al lobby como a las habitaciones. Las habitaciones no tienen pretensiones, pero son suficientemente buenas para un hotel de 3 estrellas. El desayuno también es suficiente. Pero lo mejor es el personal: servicial, atento, simpático. Una delicia.

Menos

“Clásico, cómodo, antiguo pero suficiente”

San Guido Hotel es un hotel sin ambiciones, el edificio es antiguo, la fachada no dice mucho, pero la gente, el servicio, la habitación, el desayuno, compensan lo poco chic que puede resultar al viajero exigente. El personal casi no habla inglés, pero con buena voluntad y italiano básico no hay pro… Más

San Guido Hotel es un hotel sin ambiciones, el edificio es antiguo, la fachada no dice mucho, pero la gente, el servicio, la habitación, el desayuno, compensan lo poco chic que puede resultar al viajero exigente. El personal casi no habla inglés, pero con buena voluntad y italiano básico no hay problema. La habitación cuenta con todo lo necesario, espacio falta para circular, pero está bien distribuida, y completísima. El baño, lo mismo. Todo muy limpio. No está tan cerca o accesible al Tren y Metro Garibaldi como lo pensé, hay reformas en las calles y la avenida Ferrari no es muy segura o cómoda para caminar, especialmente de noche. Tampoco me quedaba cerca de Fiera Campieri para irse caminando, o al menos no era recomendable hacerlo. O se da la vuelta o mejor trasladarse en Tram, el 4 , 2, 12 llevan al centro, donde se puede contactar con líneas M1 y M2 para moverse por la ciudad. El problema que no sé si se de en igual medida en otros hoteles que den a las calles de circulación de tranvías, es que al pasar estos, vibra bastante. El desayuno es muy completo, machiato, capuccino, expreso, chocolate, cereal, fruta, yogur y queques, tarta-kuchen muy agradables. Con la internet por Wi-fi no tuve problemas.

Menos

“Buena opción, buen precio y bien comunicado”

Hemos pasado una semana en este hotel de 3 estrellas. Se encuentra ubicado en un edificio antiguo típico milanés. El interior es un poco kitsch, con una mezcla sorprendente de muebles y estilos. Parece que mantiene la decoración del siglo pasado y según se van estropeando piezas las cambian por ot… Más

Hemos pasado una semana en este hotel de 3 estrellas. Se encuentra ubicado en un edificio antiguo típico milanés. El interior es un poco kitsch, con una mezcla sorprendente de muebles y estilos. Parece que mantiene la decoración del siglo pasado y según se van estropeando piezas las cambian por otras modernas. Nos han dado la habitación 33 que está genial ya que es el tercer piso y el chaflán del edificio, con dos ventanas con vistas a la plaza y a un paseo arbolado. Las ventanas tienen climalit y la habitación está muy bien aislada del ruido y de la temperatura (si no fuera por las ventanas, hay demasiado ruido en la calle) Cuenta con aire acondicionado, televisión y wifi gratis en todas las habitaciones que funciona muy bien. La habitación es muy cómodas, de tamaño grande aunque el baño es más que pequeño, diminuto; incluso es demasiado pequeño para una sola persona. Todo está limpio aunque el edificio es un poco viejo al igual que los muebles, como he señalado, con algún toque moderno en cuadros o lámparas. Las toallas, como la ropa de cama, muy limpias y dispone de utilities y secador en el baño que no tiene bañera sino pie de ducha. La presión del agua y temperatura perfectas. La limpieza de suelos, polvo, baño... es bastante ligera (se nos cayó un gorrito de ducha el primer día al suelo, detrás del lavabo, y ha estado ahí toda la semana). El punto fuerte del hotel es la localización realativamente céntrica, o más bien la comunicación con todos los puntos importantes de la ciudad: se sitúa justo un poco más abajo del cementerio municipal. En la puerta hay una parada de tranvía: el 2, a la plaza de Duomo y todo el cetro; el 4, al castillo Sforza; y el tranvía 10 a la estación Central. Además, el metro de plaza Garibaldi queda a 500 metros. Frente al hotel hay también un Auchamp (supermercado Alcampo) El hotel está muy cerca de la puerta Garibaldi (desde donde hay una estación de metro que llega en dos paradas a la estación. entral) justo al lado del barrio chino que está muy, muy animado y donde se puede cenar en multitud de locales asiáticos a buen precio en la calle Paolo Sarpi, a unos metros del hotel. Podemos recomendar Mi dimsum, justo en los bajos del hotel, y Chateau Dufan, a unos 100 metros de este, aunque es un poco más caro que el resto. El personal de recepión es servicial y correcto, aunque bastante seco. El desayuno, correcto, es servido en el salón de la planta baja, por una señora amabilísima; la única verdaderamente amable del personal, junto con las limpiadoras. Hay siempre varias tartas y bizcochos caseros, además de lo usual:zumos, café, tostadas, embutidos... En resumen, este hotel es una buena opción, si no se buscan lujos, a un precio asequible y muy, muy bien conectado con los puntos importantes de la ciudad.

Menos